Un antílope ruano, con su pelaje rojizo y cuernos curvados hacia atrás, se destaca en la sabana de la Reserva de Bandia, Senegal, un ejemplo de la singularidad de la vida salvaje africana.

Por Jose Cotino

¡Hola a todos los trotamundos! Hoy os quiero invitar a vivir una aventura muy especial. Hace poco, nuestra familia al completo (Pepe, Lola, Nina y Leo), nos embarcamos en un viaje fascinante a Senegal. Como sabéis, nos encanta explorar nuevos destinos, sumergirnos en culturas diferentes y, sobre todo, disfrutar de la naturaleza en su estado más puro.

En esta ocasión, después de una visita cargada de emociones a la Isla de Gorée, decidimos adentrarnos en el corazón de Senegal para descubrir su fauna salvaje. Y qué mejor manera de hacerlo que visitando la Reserva de Bandia. Este parque natural es un verdadero tesoro que alberga una gran variedad de animales en libertad.

Nina y Leo estaban especialmente emocionados. La idea de ver animales salvajes de cerca les entusiasmaba muchísimo. Así que, con nuestras mochilas llenas de agua, snacks y cámaras de fotos, nos pusimos en marcha hacia la reserva.

Un majestuoso baobab, con su tronco masivo y ramas extendidas, domina el paisaje de la Reserva de Bandia, Senegal, un símbolo de la fuerza y longevidad de la naturaleza africana.
El Baobab: un árbol con historia

Antes de comenzar nuestro recorrido por la reserva, tuvimos la suerte de encontrarnos con un majestuoso árbol Baobab. Este árbol, símbolo de África, nos impresionó por su tamaño y su forma tan particular. Su tronco grueso y retorcido parecía contar historias de tiempos remotos. Papa nos explicó que los Baobabs pueden vivir miles de años y que son árboles muy importantes para la cultura africana. Nos quedamos un rato observándolo, admirando su grandeza y su belleza.

Además de su valor cultural, los Baobabs también son conocidos como «el árbol de la vida» o «la fruta de los monos». Esto se debe a que sus frutos, grandes y carnosos, son una importante fuente de alimento para muchos animales, incluyendo a los monos. Los frutos del Baobab son ricos en vitamina C, calcio y otros nutrientes, y tienen un sabor dulce y ligeramente ácido.

Un encuentro con la vida salvaje en la reserva de Bandia

La aventura comenzó al cruzar la puerta de entrada a la Reserva de Bandia. Nos sentimos como si hubiéramos entrado en un mundo diferente. El paisaje se transformó en un abrir y cerrar de ojos: árboles majestuosos, sabana abierta y el sonido de la naturaleza nos rodeaba por completo.

Al llegar a la entrada de la reserva, tuvimos que hacer una pequeña parada para comprar las entradas. Mientras esperábamos nuestro turno, nos sentamos en unos bancos de madera donde había bastantes monos. Nina y Leo estaban ansiosos por empezar el safari y no paraban de preguntar cuándo podríamos entrar. En la zona de descanso, un mono verde nos hizo reír (y también enfadar un poco) al intentar robarnos la comida. Son unos ladronzuelos muy listos. Nos dimos cuenta de que teníamos que vigilar nuestras mochilas y nuestros snacks.

Reserva de Bandia un mono verde
Mono verde de la reserva de Bandia

Finalmente, llegó nuestro autobús, una especie de furgoneta abierta con bastantes asientos. Subimos y nos preparamos para la aventura.

Jirafas, antílopes y búfalos: la aventura comienza

Una vez con las entradas en mano, nos subimos a nuestro vehículo y nos adentramos en la reserva. ¡La emoción era palpable! No tuvimos que esperar mucho para ver a los primeros animales. ¡Unas majestuosas jirafas nos dieron la bienvenida! Nina y Leo no se lo podían creer. ¡Eran tan altas y elegantes! Nos quedamos un rato observándolas, admirando su belleza y su porte. Se movían con gracia y ligereza, y parecían no inmutarse por nuestra presencia.

Después, nos encontramos con un grupo de antílopes ruanos. ¡Qué animales tan elegantes! Papa nos explicó que son muy rápidos y que tienen unos cuernos impresionantes, como una corona. Nos quedamos un rato observándolos, admirando su belleza y su porte. Se movían con gracia y ligereza, y parecían no inmutarse por nuestra presencia.

Un imponente búfalo africano, con su pelaje oscuro y cuernos prominentes, se encuentra en la Reserva de Bandia en Senegal, en su hábitat natural de sabana.
El imponente búfalo africano (Syncerus caffer) es un espectáculo común en la Reserva de Bandia. Con un peso que puede alcanzar los 1000 kg, estos herbívoros robustos se desplazan en grandes manadas por sabanas y bosques, siempre cerca de fuentes de agua. A pesar de su apariencia tranquila, los búfalos son animales de temperamento impredecible y pueden ser peligrosos si se sienten amenazados.
Una majestuosa jirafa, con su largo cuello y pelaje manchado, se alza sobre la sabana de la Reserva de Bandia en Senegal, en su hábitat natural.
Jirafa en la Reserva de Bandia

Un poco más adelante, vimos búfalos africanos de bosque. ¡Imponentes! Lola nos recordó que pueden ser peligrosos, así que nos mantuvimos a distancia prudencial. Nos impresionó su tamaño y su fuerza. Son animales robustos y musculosos, con una mirada que impone respeto.

Cocodrilos y rinocerontes

Nuestra siguiente parada fue un estanque lleno de cocodrilos. Nos dieron un poco de miedo, pero también nos fascinaron. ¡Son animales tan prehistóricos! Nos quedamos un rato observándolos, intentando adivinar sus movimientos y su comportamiento. Algunos estaban tomando el sol, inmóviles, mientras que otros se deslizaban sigilosamente por el agua.

De repente, ¡un rinoceronte blanco! ¡Qué emoción! Nina y Leo se quedaron sin palabras. Es un animal enorme y muy especial. Nos explicaron que está en peligro de extinción y que es muy importante protegerlo. Su tamaño y su fuerza nos dejaron impresionados.

Un cocodrilo del Nilo nada en las aguas de la Reserva de Bandia, Senegal, un destino ecoturístico que protege a esta especie y su hábitat.
Los cocodrilos, maestros de la supervivencia prehistórica, habitan en el estanque de la Reserva de Bandia. Estos reptiles, con un linaje que se remonta a millones de años, son depredadores formidables con cuerpos robustos y mandíbulas poderosas. Aunque su apariencia pueda inspirar temor, cumplen un papel crucial en el equilibrio de los ecosistemas acuáticos.
Un rinoceronte blanco, vulnerable a la caza furtiva por su cuerno, es protegido en la Reserva de Bandia, Senegal, un santuario para la vida silvestre africana.
Rinoceronte Blanco en su Hábitat Natural

Avestruces, cebras y la belleza de la sabana

Las avestruces nos sorprendieron con su velocidad. ¡Son como cohetes! Nos explicaron que son las aves terrestres más rápidas del mundo. Verlas correr por la sabana es un espectáculo impresionante. Sus largas patas les permiten alcanzar velocidades de hasta 70 km/h.

Las cebras, con sus rayas tan características, nos parecieron preciosas. Cada una es diferente, como si tuvieran un código de barras único. Nos encantó verlas pastar en grupo, en armonía con el resto de los animales. Las cebras son animales sociales que viven en manadas de hasta 20 individuos.

Un majestuoso avestruz, el ave no voladora más grande del mundo, se alza en la sabana de la Reserva de Bandia, Senegal, mostrando su tamaño y adaptaciones únicas.
Con su porte majestuoso y su velocidad sorprendente, las avestruces son una de las estrellas de la Reserva de Bandia. Observarlas correr en libertad es un espectáculo que cautiva a todos los visitantes, recordándonos la increíble diversidad y adaptabilidad de la vida en África.
Una manada de cebras se reúne en la Reserva de Bandia, Senegal, mostrando su fuerte sentido social y su vida en grupo.
Cebras pastando en la Reserva de Bandia, Senegal.

Un encuentro cercano con los leones: qué emoción

Después de ver estos animales increíbles, nos trasladamos a otra zona de la reserva para vivir una experiencia aún más emocionante: ¡ver a los leones! Nos subimos a unos vehículos especiales con jaulas y nos adentramos en su territorio. Los guías les ofrecieron trozos de carne y los leones, majestuosos y hambrientos, se subieron a nuestro vehículo para comer. Fue una experiencia impresionante, aunque también un poco aterradora.

Teníamos a los leones encima de nosotros. Se subieron al techo de nuestro todoterreno y empezaron a devorar la carne. Podíamos sentir su peso y escuchar sus fuertes mandíbulas al masticar. ¡Fue increíble! Pero también nos dimos cuenta de lo cerca que estábamos de estos animales salvajes y poderosos.

Un león en la Reserva de Bandia, Senegal, un destino ecoturístico que protege a esta especie y su hábitat, contribuyendo a su conservación.
La Reserva de Bandia: Un Refugio para los Leones
Majestuoso león macho devorando carne sobre un vehículo 4x4 en la Reserva de Bandia, Senegal.
Un magnífico león se deleita con carne cruda sobre nuestro 4×4.

Nina y Leo estaban emocionadísimos, pero también un poco asustados. No paraban de mirar hacia arriba, observando a los leones con fascinación. Lola y Pepe también estaban impresionados, aunque intentaban mantener la calma y transmitir seguridad a los niños.

De repente, ocurrió algo inesperado. Los leones nos llenaron de babas y sangre. La carne que estaban comiendo era tan fresca que no pudieron evitar mancharlo todo. Fue un momento un poco desagradable, pero también muy divertido.

Después de unos minutos que parecieron una eternidad, los leones terminaron su festín y se bajaron del vehículo. ¡Suspiramos aliviados! La experiencia había sido intensa, pero inolvidable.

Datos generales

  • Ubicación: La Reserva de Bandia se encuentra en Senegal, a unos 65 km de Dakar, la capital del país.
  • Extensión: Tiene una superficie de 3.500 hectáreas.
  • Historia: La reserva fue creada en 1990 con el objetivo de proteger la fauna y flora de la región, que se había visto afectada por la deforestación y la caza furtiva.
  • Clima: La Reserva de Bandia tiene un clima tropical seco, con una estación seca que va de noviembre a mayo y una estación lluviosa de junio a octubre.

Flora

  • La reserva alberga una gran variedad de especies de árboles, arbustos y plantas herbáceas, adaptadas al clima seco.
  • Entre las especies más características se encuentran el baobab, árbol emblemático de África, y diversas acacias.

Fauna

  • La Reserva de Bandia es un refugio para una gran diversidad de animales salvajes, muchos de ellos en peligro de extinción en otras partes de África.
  • Entre los mamíferos más destacados se encuentran jirafas, rinocerontes blancos, búfalos africanos, antílopes ruanos, cebras, avestruces, facóqueros y diversas especies de monos.
  • También se pueden observar numerosas aves, reptiles (como cocodrilos) e insectos.

Visitas

La mejor época para visitar la reserva es durante la estación seca, cuando la vegetación es menos densa y los animales son más fáciles de observar.

La Reserva de Bandia ofrece a los visitantes la oportunidad de realizar safaris fotográficos para observar a los animales en su hábitat natural.

Los recorridos se realizan en vehículos 4×4 descubiertos, acompañados por guías expertos que brindan información sobre la fauna y flora del lugar.

Jose Cotino, blogger de viajes y fotógrafo
Jose Cotino viajes por el mundo

Mi visita a la Reserva de Bandia fue una experiencia inolvidable. Aprendí sobre su fauna, su flora y la importancia de su conservación. Me sentí inspirado por la belleza de sus paisajes y la majestuosidad de sus animales. Y lo más importante, me sentí conectado con la naturaleza, con la necesidad de protegerla y preservarla para las futuras generaciones.

Si alguna vez tienen la oportunidad de visitar la Reserva de Bandia, les recomiendo que lo hagan. Es un lugar que te marcará para siempre y te hará reflexionar sobre el valor de la vida salvaje y la importancia de coexistir en armonía con nuestro planeta.

¡Buen viaje!

4 thoughts on “La Reserva de Bandia: un safari inolvidable en Senegal”

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