
Por Jose Cotino
¡Hola, amiguitos exploradores! ¿Estáis listos para una nueva aventura? Hoy os vamos a contar nuestro viaje a Dakar, la capital de Senegal, ¡un lugar lleno de magia y sorpresas!
¡Un poquito de historia sobre Dakar!
Dakar es una ciudad con una historia fascinante y un crisol de culturas. Fundada en el siglo XIX por los franceses, la ciudad conserva aún su encanto colonial y se ha convertido rápidamente en un importante centro comercial y cultural. Su ubicación estratégica en la costa atlántica de África la convirtió en un punto de encuentro para personas de diferentes culturas y nacionalidades. Aunque la ciudad en sí puede resultar un poco caótica y no tan atractiva como otros destinos, Dakar tiene mucho que ofrecer a los viajeros aventureros.
¡El clima en Dakar!
Dakar tiene dos estaciones muy marcadas: la estación seca y la de lluvias. La época de lluvias va de mayo a septiembre, mientras que la estación seca comprende el resto del año. Nosotros tuvimos la suerte de visitar Dakar en diciembre de 2024, durante la estación seca. ¡El clima era perfecto! No hacía demasiado calor, con una temperatura máxima de unos 28º centígrados, ideal para explorar la ciudad y sus alrededores.
¡Un viaje en el tiempo!
La historia de Dakar está marcada por la influencia de diferentes culturas. La ciudad fue habitada originalmente por comunidades locales, luego llegaron los portugueses en el siglo XV, quienes establecieron un importante centro de comercio de esclavos en la cercana isla de Gorée. Posteriormente, los franceses tomaron el control de la región y fundaron la ciudad de Dakar en el siglo XIX. Dakar se convirtió en la capital de la África Occidental Francesa y jugó un papel crucial en la colonización francesa de la región. Tras la independencia de Senegal en 1960, Dakar se convirtió en la capital del nuevo país.
¡La gran aventura de Pepe, Lola, Nina y Leo en Dakar!
Érase una vez una familia muy aventurera: Pepe el papá, Lola la mamá, Nina la hija mayor y Leo el pequeño de la casa. Un día, decidieron hacer un viaje muy especial a Dakar, una ciudad llena de colores, sabores y gente muy simpática.
¡Un paseo por la ciudad!
Al llegar a Dakar, la familia decidió darse un paseo para conocer la ciudad. Sin embargo, pronto se encontraron con calles llenas de basura y un ambiente caótico que no les resultó agradable. La ciudad les pareció desordenada y sucia, por lo que optaron por pasar poco tiempo allí. De hecho, basados en su experiencia, no recomendarían visitar la ciudad de Dakar en sí. En cambio, sugieren explorar los alrededores, donde encontrarán experiencias más gratificantes. A la familia le encantó la Reserva de Bandia, la Isla de Gorée y la playa de Saly, destinos que consideran mucho más atractivos y recomendables para disfrutar de la belleza y la cultura de Senegal.
A la playa de Ouakam, donde la vida de los pescadores se mezcla con la diversión
Después de un paseo por la ciudad, la familia se dirigió en coche a la playa de Ouakam, un lugar vibrante y lleno de vida. La arena dorada invitaba a construir castillos y el agua, aunque no cristalina, prometía refrescantes chapuzones. Nina y Leo, sin dudarlo, se lanzaron a la orilla, donde pronto se unieron a un grupo de niños locales en un animado partido de fútbol. Las risas y la emoción del juego superaron las barreras del idioma, creando un momento mágico de amistad y conexión. Mientras tanto, Pepe y Lola observaban con admiración el ir y venir de los pescadores, preparando sus aparejos de pesca, listos para adentrarse en el mar. Los coloridos barcos y las redes extendidas creaban una estampa pintoresca, llena de vida y tradición. Leo, fascinado, preguntó sobre los peces que los pescadores traían, y Lola le explicó la importancia de respetar el ciclo de la vida marina.»


¡La Mezquita de la Divinidad!
De repente, vieron una mezquita muy grande y bonita. Era la Mezquita de la Divinidad, un lugar sagrado para los musulmanes. Pepe les explicó que era importante respetar las costumbres de cada lugar y que todos podemos aprender de otras culturas. La Mezquita de la Divinidad es una de las mezquitas más grandes de África Occidental y un importante centro de culto para los musulmanes de Dakar. Su construcción fue un proyecto ambicioso que buscaba crear un símbolo de la fe y la espiritualidad en la ciudad.
¡El Monumento al Renacimiento Africano!
Cerca de la mezquita, vieron un monumento gigante con tres figuras que representaban a un hombre, una mujer y su hijo. Era el Monumento al Renacimiento Africano, un símbolo de la fuerza y la esperanza de África. Este monumento, inaugurado en 2010, es una impresionante escultura de bronce de 49 metros de altura, ¡una de las más altas de África! Representa a una familia africana que emerge de la montaña, simbolizando el renacimiento del continente. El monumento ha generado diversas opiniones, pero más allá de la controversia, se ha convertido en un icono de Dakar y un punto de referencia para los africanos.


Tarde de compras en el Mercado artesanal Soumbédioune
Después de visitar la mezquita, la familia decidió explorar el Mercado artesanal Soumbédioune. ¡Qué maravilla! Un laberinto de puestos llenos de colores y texturas, donde los artesanos locales exhibían sus creaciones. Vieron máscaras talladas en madera, coloridas telas africanas, joyas hechas a mano y muchos otros tesoros. Nina no pudo resistirse y se compró un collar de cuentas de colores, mientras que Leo eligió un pequeño tambor para llevarse un recuerdo de la música de Senegal.


Un viaje de contrastes y descubrimientos
Aunque la ciudad de Dakar no cumplió con nuestras expectativas, el viaje nos permitió descubrir la belleza y la riqueza de otros lugares cercanos. La Reserva de Bandia nos maravilló con su fauna salvaje, la Isla de Gorée nos conmovió con su historia y la playa de Saly nos regaló momentos de relax y diversión.
Senegal, un destino para explorar
Aunque Dakar ciudad no sea un imprescindible, Senegal tiene mucho que ofrecer a los viajeros aventureros. Te invitamos a descubrir sus paisajes, su cultura y su gente, y a crear tus propios recuerdos inolvidables.»
¡Hasta la próxima, amiguitos exploradores!
