
Atenas en familia: qué ver en un fin de semana con niños
Escrito por José Cotino
Nuestra aventura por el Mediterráneo comenzó en Estambul y nos llevó a navegar entre islas griegas, pero fue en Atenas, nuestra última parada del crucero, donde vivimos uno de los fines de semana más especiales del verano. Solo estuvimos dos días, pero fueron suficientes para sentir el alma antigua de la ciudad, caminar entre templos milenarios y vivir momentos en familia que quedarán para siempre.
Si estás pensando en visitar Atenas, te adelanto algo: vale la pena, incluso en pleno agosto, aunque el calor y el turismo aprietan. Con calzado cómodo, agua fresca y muchas ganas de aprender, es una ciudad que se disfruta paso a paso.
Día 1: De la Acrópolis al corazón de la ciudad
Subida a la Acrópolis: caminando entre dioses
Nuestro primer día comenzó temprano, como debe ser en verano. A las 8:30 ya estábamos subiendo hacia la Acrópolis de Atenas, el lugar más emblemático de la ciudad y uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo.
Allí recorrimos templos y ruinas que parecían sacados de un libro de mitología:
- El Partenón, dedicado a la diosa Atenea, domina la colina con sus columnas majestuosas. Es increíble pensar que fue construido en el siglo V a.C. y que aún sigue en pie, resistiendo guerras, terremotos y el paso del tiempo.
- El Erecteion, con sus famosas Cariátides —columnas con forma de mujer—, que llamaron muchísimo la atención de Nina.
- El Templo de Atenea Niké, pequeño pero muy fotogénico, con unas vistas espectaculares de la ciudad.
- El Odeón de Herodes Ático, un teatro romano que aún se utiliza para conciertos. Leo quiso entrar a cantar una canción allí, como un artista de la antigüedad.
- El Teatro de Dionisio, considerado el primer teatro del mundo, donde se representaron las primeras tragedias griegas.
Todo el lugar es una lección de historia viva. Eso sí, conviene llevar gorra y mucha agua, porque no hay mucha sombra y el sol griego no perdona.


Museo de la Acrópolis: frescura y maravillas bajo tierra
Después de bajar de la colina, nos dirigimos al moderno Museo de la Acrópolis, justo al pie del monte. Es un lugar ideal para escapar del calor y seguir descubriendo la historia de Atenas.
Lo que más nos gustó:
- Las réplicas de las esculturas del Partenón, colocadas tal como estarían en el templo original.
- Las piezas arqueológicas encontradas en las excavaciones de la colina.
- El suelo de cristal que permite ver restos de casas antiguas bajo nuestros pies.
Es un museo muy bien montado, fácil de recorrer en familia y con contenido didáctico para todas las edades.

Tarde de paseo por el centro
Tras una comida rápida y algo de descanso, pasamos la tarde caminando por el centro de Atenas. Descubrimos rincones tranquilos, fachadas neoclásicas y calles animadas con músicos, terrazas y tiendas.
Nos dejamos llevar sin rumbo fijo, simplemente disfrutando del ambiente. Esa es una de las cosas que más me gustan de Atenas: es una ciudad muy caminable, ideal para perderse sin mapa.
Día 2: Madrugón, cambio de guardia y una puesta de sol inolvidable
Paseo por Anafiotika y la Catedral
El domingo nos levantamos muy temprano y salimos a recorrer las calles antes de que despertara el bullicio turístico. Nuestra primera parada fue Anafiotika, un barrio escondido en la ladera de la Acrópolis que parece sacado de una isla cicládica: casitas blancas, puertas azules, buganvillas y gatos dormilones.
Fue como estar en otra ciudad dentro de Atenas. Un lugar mágico donde hicimos algunas de nuestras fotos favoritas del viaje.
Desde allí caminamos hasta la Catedral Metropolitana, un edificio elegante con frescos coloridos y techos altísimos. Entramos unos minutos a disfrutar del frescor y la paz del lugar.


Cambio de guardia en la Plaza Sintagma
A las 11:00 estábamos en la Plaza Sintagma para presenciar el famoso cambio de guardia frente al Parlamento Helénico. Cada domingo, los soldados Evzones hacen una ceremonia especial, con uniformes tradicionales, pasos marciales y una solemnidad que impresiona.
Eso sí… ¡llega con tiempo! Yo me despisté un poco y cuando llegamos ya estaba todo lleno de gente. Tuvimos que verlo desde lejos, pero aun así valió la pena. Es uno de esos momentos únicos que te conectan con la identidad del país.

Templo de Zeus al atardecer: la postal perfecta
Y cuando pensábamos que el día ya no podía darnos más, llegamos al Templo de Zeus Olímpico justo cuando comenzaba a caer el sol. La escena era de película.
Desde la puerta principal, se abría ante nosotros una vista impresionante: las columnas del templo, altas y solitarias, recortadas contra un cielo anaranjado, y al fondo, el barrio de Anafiotika brillando con la luz dorada del atardecer.
Nos sentamos en silencio a contemplar ese momento. Era como ver la historia de Atenas condensada en una imagen: la grandeza antigua, la vida moderna, el calor del verano, y nosotros allí, en familia, formando parte de ese instante.
Hice una de mis fotos favoritas del viaje justo desde ese punto. Y aunque una imagen nunca podrá capturar lo que sentimos allí, cada vez que la miro me devuelve a ese atardecer entre columnas milenarias.
Últimas horas en Plaka y Monastiraki
Antes de despedirnos de Atenas, aprovechamos la última tarde para dar un paseo por las zonas de Plaka y Monastiraki, dos barrios llenos de vida, tiendas, artesanías y tabernas griegas.
- Nina se llevó un colgante con su nombre en griego.
- Leo encontró una espada de madera “espartana” que no soltó en todo el camino.
- Nosotros compramos algunos regalitos, aceite de oliva y un imán del Partenón para la nevera.
Cenamos en una taberna típica, con música en directo, tzatziki, souvlaki y una vista perfecta de la Acrópolis iluminada. Un cierre inolvidable.


Conclusiones: ¿vale la pena visitar Atenas en agosto?
La respuesta es sí, con matices.
Atenas en agosto es calurosa, llena de turistas y exigente… pero también es fascinante, vibrante y llena de historia. Si madrugas, planificas bien y viajas con mente abierta, te regala momentos inolvidables.
Dos días nos parecieron suficientes para hacernos una buena idea de la ciudad, aunque siempre quedan rincones por descubrir.
Consejos para tu viaje a Atenas en verano
- 🕗 Madruga para visitar los lugares clave antes del calor.
- 💧 Lleva agua, gorra y protector solar siempre.
- 🏛️ Compra entradas online para evitar colas, sobre todo en la Acrópolis.
- 👀 Llega con antelación al cambio de guardia.
- 🌇 No te pierdas el Templo de Zeus al atardecer desde la entrada principal.
