
Estambul en familia antes de zarpar por el Egeo
Escrito por José Cotino
Estambul es una ciudad mágica, donde Europa y Asia se dan la mano sobre el estrecho del Bósforo. Un lugar donde la historia, la cultura y los olores de especias se mezclan con el bullicio de los bazares y el canto del muecín al caer la tarde. En nuestro último viaje familiar, antes de embarcarnos en un crucero por las islas griegas y la costa de Turquía, pasamos unos días descubriendo esta fascinante ciudad. Aquí te cuento cómo fue nuestra experiencia.
Volando de Valencia a Estambul con Turkish Airlines
Volamos desde Valencia con Turkish Airlines y la experiencia fue excelente. Un vuelo cómodo, directo, de menos de cuatro horas, perfecto para viajar con niños. Los peques, Nina y Leo, disfrutaron del entretenimiento a bordo y, para ser sinceros, ¡nosotros también! Al llegar, el trayecto desde el aeropuerto hasta nuestro alojamiento en el centro de Estambul fue de aproximadamente una hora en coche.
Llegamos por la tarde y, tras dejar las maletas en el hotel, salimos a dar un paseo por los alrededores. Terminamos cenando en un restaurante típico turco recomendado por unos amigos, donde probamos kebabs, mezes y un delicioso postre llamado künefe. A los niños les encantó la experiencia y la comida, y nosotros disfrutamos viendo sus caras de asombro al probar nuevos sabores.
Explorando el Gran Bazar: una aventura de colores y regateo
Una mañana intensa entre alfombras, especias y relojes
El segundo día comenzó con una visita al mítico Gran Bazar de Estambul, uno de los mercados cubiertos más grandes y antiguos del mundo. Con más de 4.000 tiendas, es fácil perderse entre callejuelas llenas de lámparas, bolsos, joyas, zapatillas, camisetas, relojes… ¡de todo!
Pero lo que más sorprendió a Nina y Leo fue la práctica del regateo. En Turquía, no se compra nada sin regatear al menos un 40% o 50% del precio inicial. Al principio les daba vergüenza, pero pronto le cogieron el gusto al juego de negociar con los comerciantes. Verlos conseguir una camiseta o un reloj con su mejor cara de persuasión fue, sin duda, una de las mejores experiencias del viaje.


Almuerzo con historia en Pandeli Restaurant
Justo encima del Gran Bazar se encuentra el Pandeli Restaurant, un lugar con mucha historia que ha recibido a personajes como la Reina Isabel II o Audrey Hepburn. Comimos platos típicos turcos como imam bayildi (berenjenas rellenas), kebab de cordero y sopa de lentejas. Todo estaba delicioso y el ambiente, lleno de azulejos azules y vistas al mercado, nos hizo sentir como en un cuento.
Santa Sofía, la Cisterna Basílica y la Mezquita Azul: un paseo por la historia
Santa Sofía: la joya de Estambul
Por la tarde visitamos uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad: la Mezquita de Santa Sofía (Ayasofya). Construida originalmente como basílica en el siglo VI por el emperador Justiniano, fue durante siglos la iglesia más grande del mundo. Más tarde se convirtió en mezquita, luego en museo, y hoy vuelve a ser una mezquita. Su cúpula gigantesca, los mosaicos bizantinos y la mezcla de estilos cristiano e islámico impresionan a cualquiera.
Los niños se quedaron boquiabiertos al entrar y mirar hacia arriba: «¡Parece un palacio del cielo!», dijo Nina.


La Cisterna Basílica: el mundo subterráneo de Estambul
Nuestra siguiente parada fue la misteriosa Cisterna Basílica, una enorme estructura subterránea construida en el siglo VI para almacenar agua. Caminamos por pasarelas entre columnas iluminadas, con el sonido del agua goteando y peces nadando en la oscuridad. Es como entrar en un templo sumergido. Leo no podía dejar de mirar las famosas cabezas de Medusa que hay en dos columnas del fondo.
La Mezquita Azul: belleza otomana frente a Santa Sofía
Terminamos el día visitando la imponente Mezquita Azul (Sultanahmet Camii), famosa por sus seis minaretes y sus miles de azulejos de color azul que decoran su interior. Aunque estaba parcialmente en restauración, pudimos admirar su grandeza y disfrutar del ambiente sereno de su interior. Desde allí regresamos al hotel caminando, cerrando un día completo y lleno de emociones.


Cómo moverse por Estambul: mejor en tranvía que en taxi
Durante toda nuestra estancia nos desplazamos en transporte público, principalmente en tranvía, que resulta rápido, limpio y económico. El tráfico en Estambul puede ser muy caótico, así que el tranvía fue una opción perfecta para movernos entre los principales puntos turísticos sin complicaciones.
De Estambul al crucero: rumbo a Galataport
El último día lo dedicamos a pasear con calma por el centro, compramos algunos recuerdos y disfrutamos de los últimos sabores turcos. Al mediodía nos dirigimos hacia Galataport, un moderno puerto de cruceros desde donde partía nuestro barco rumbo a las islas griegas y la costa turca.
Zarpamos con la emoción de lo vivido y la ilusión de lo que estaba por venir. Estambul nos había regalado una experiencia inolvidable en familia, llena de historia, sabores y aventuras.


Consejos para viajar a Estambul en familia
- Regatear es obligatorio en mercados como el Gran Bazar.
- Evita los taxis en horas punta y usa mejor tranvías o metro.
- Reserva entradas para Santa Sofía y la Cisterna Basílica con antelación.
- No te pierdas la gastronomía local: pide recomendaciones a gente local.
- Lleva calzado cómodo: caminarás mucho y las calles son empedradas.
- Vístete adecuadamente para entrar en mezquitas:
Las mujeres deben cubrirse el cabello, los hombros y las piernas (no se permiten pantalones cortos ni faldas por encima de la rodilla). Los hombres también deben llevar pantalones que cubran las rodillas. En Santa Sofía y otras mezquitas importantes, suelen facilitar pañuelos o faldas largas en la entrada si lo necesitas.
Si estás pensando en visitar Estambul con niños, no lo dudes. Es una ciudad que fascina a grandes y pequeños por igual. Y si además, como nosotros, estás a punto de embarcarte en un crucero… ¡no hay mejor forma de empezar la aventura!
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